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Zona General => General => Mensaje iniciado por: Vellocino en May 12, 2024, 11:10 AM

Título: Los brotes de la Vida
Publicado por: Vellocino en May 12, 2024, 11:10 AM
(https://loteriasdehoy.files.wordpress.com/2024/05/brotesy-germinados_540x380.jpg)

Siempre me preocupó el paso del tiempo y la vejez.

Observaba en la calle los rostros de las personas mayores, caminando ensimismadas, con gestos de desagrado, frentes rígidas, bocas dibujadas hacia abajo, surcos crispados,  miradas de dolor, hastío, resentimiento.

Buscaba los abuelitos de los cuentos, con la  cara rosada de bondad y mirada transparente, pero no los hallaba. Yo quería envejecer con armonía en el rostro y  el gesto amigable.  Sin embargo el entorno me devolvía un panorama poco alentador.

Desde joven me propuse mejorar la calidad de vida, pensando en retardar lo más posible la época de las arrugas y la flaccidez, pero también pensando en que era posible envejecer con dignidad y belleza. Intuitivamente me volví vegetariana, de algún modo sentía que el consumo de "carne animal" no podía aportar buenas vibraciones a mi espíritu.

Tantos años de ser vegetariana me evitaron el peso de las toxinas, me sentía ligera, calmada, satisfecha  con la vida. Podía disfrutar de una buena salud y una energía entusiasta. Sin embargo, el cuerpo  se conduce con inteligencia extrema y nos pide,  cuando está preparado y la conciencia lo acompaña,  que demos un paso al frente. Mi cuerpo me dijo que ya era tiempo del veganismo.

Encontré maestras sabias, libros deslumbrantes, recetas exquisitas, y lo más relevante, me encontré con una filosofía de vida que me llenó el alma.  Ser vegana me acercó a la vida, al amor, a la no violencia, a mis hermanos y hermanas y también a un nuevo concepto de alimentación-nutrición en comunión con la Naturaleza. Ni siquiera un resfrío, las emociones estables y el espíritu alegre. Sentí que aquel sueño de envejecer con el rostro distendido y amoroso era posible.

Pero me quedaban dudas.  La enfermedad, el deterioro emocional, la depresión, la falta de vitalidad y energía,  son habituales en las personas mayores, y mucho peor aún, es habitual  la aceptación de esas situaciones  como algo normal  e irremediable, a no ser mediante la entrega a métodos invasivos, farmacológicos y quirúrgicos, que siempre terminan decepcionando. Yo no quería someterme a los tristes vaticinios de la medicina moderna, osteoporosis, cáncer, diabetes, hipertensión, y demás supuestos seniles. El Hatha Yoga me ayuda a contrarrestar el endurecimiento de las articulaciones y el pensamiento rígido, así fue como me acerqué a la clase de BROTES Y GERMINADOS de Verónica Nozieres, con la mente abierta y dispuesta a dar un nuevo paso al frente en este camino del autoconocimiento.

La clase fue un despertar  a un mundo fantástico y la confirmación de que las arrugas no van a evitar que disfrute de mi vejez, porque el efecto energizante de  semillas,  cereales y legumbres germinados  harán felices a todas las células de mi cuerpo y  harán brillar mi espíritu con la fuerza del Sol.

En un momento sentí que había una gran fuerza de energía vibrante que nos rodeaba, tal vez la fuerza de tantos brotes sobre la mesa irradiando vida, o tal vez la fuerza de Juana  y de Vero que transmiten siempre entusiasmo, creatividad y amor. Una clase poderosa, con mucha información, pero también mucha generosidad.

Los brotes de la vida  nos despiertan la conciencia y nos enfrentan con las infinitas capacidades creativas de que gozamos y sin embargo ignoramos. Desarrollamos la intuición, la voluntad y el discernimiento. No sólo el cuerpo nos agradece por la energía vital que recibe, sino que nuestra mente adquiere sagacidad y brillo espiritual. Y por añadidura,  el sabio esplendor de la Naturaleza.

Ahora tengo la certeza de que envejecer será dar otro paso al frente,  contenta y  agradecida.

Mona Estecho
Asesora en Dietética y Nutrición
Profesora de Yoga